jueves, 19 de agosto de 2010

INSEGURIDAD Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN.

La delincuencia es en general, "una de las formas más descollantes de la desviación social";  precisamente cuando esta conducta se aparta de las normas o de los intereses grupales. "En tales casos las desviaciones son de una moral proclamada por grupos concretos que poco pueden hacer contra las costumbres enraizadas en la conciencia colectiva y respaldadas por la estructura económica".

Sin embargo, es preciso entender una conducta delictiva, no arbitrariamente, sino relacionada a una estructura social determinada, y sobre todo a una cultura dada que se ve respaldada por un poder y unas normas. Sin embargo, el acto delictivo es una trasgresión, que desencadena en un crimen o un hecho ilícito.

Existen distinciones: entre el "delito utilitario", "delito reincidente" y los actos de vandalismo. Se entiende como delito utilitario, por ejemplo, al realizado por un obrero que ha sido despedido y que ataca a otro ciudadano impulsado por la necesidad.

Un hecho social incuestionable de los últimos tiempos en Venezuela (y por cierto en casi todos los países del mundo, especialmente en América Latina) es la escalada de violencia criminal que es presentada de manera sistemática por los medios de comunicación, en el discurso político y en buena parte de la opinión publica.

En los últimos tiempos nos hemos visto invadidos constantemente por informes sobre delincuencia, inseguridad, crimen, secuestros, etc. Sin embargo, no se han puesto en duda la veracidad de los esquemas enunciados por estos medios, es decir, es preciso "establecer si estas olas de violencia se corresponden con un aumento real del fenómeno o si resulta de una utilización de los hechos que apunta a legitimar un discurso justificable de móviles punitivos”, porque una vez asumido como incuestionable, este discurso propicia la configuración de una sociedad mas autoritaria y violenta; menos garantista. Es preciso señalar que la utilización de esta "violencia simbólica", no es nueva ya qua ha sido utilizada en otros periodos históricos recientes en nuestro país.

Por ejemplo, desde la reinstauración del régimen democrático en 1958, el tema de la inseguridad ya no se inscribe en el universo de la doctrina de Seguridad Interior y en la apelación al enemigo público, sino en el de la democracia, el orden y el control social para sostenerla.

La noción de seguridad ha sido contrapuesta al desorden social y a la utilización instrumental de las denominadas olas de violencia, con esta utilización se justificaron importantes procesos de privatizaciones, por ejemplo, con el robo, estafas y fraudes a: bancos, compañías telefónicas y de compañías de electricidad que acaparó, en su momento la atención de los medios, de manera llamativa fecundizó la privatización de estas importantes empresas.

Otro fenómeno, el asalto a colectivos, generó el consenso para la realización de operativos de control poblacional indiscriminados sobre grupos "potencialmente peligrosos y sospechosos". Jamás debemos olvidar, que la delicuencia es dinámica, y la policía es estática, en la actualidad, olvidando el principio básico de patrullaje policial y operativos de inteligenica. Además, la Seguridad no admite fallas humanas, ni técnicas, toda vez que, ningún detalle es tan pequeño que pueda ser ignorado y ninguna amenaza tan insignificante que pueda ser descartada. No dejemos pasa más tiempo, es un reto, de no ser así, los policías terminarán pareciéndose a los criminales y delicuentes. Por eso, la lucha es entre la sociedad trabajadora y la delictiva, está ganando la segunda, a un costo elevadísimo para todos.