La
violencia doméstica es un patrón de comportamiento amenazador o
controlador impuesto sobre una mujer por alguien que ella ama, sin
considerar sus derechos, sentimientos, cuerpo o salud. Una mujer es
víctima de abuso si una persona con quien ella tiene o tuvo una
relación íntima le ha causado daño intencional, generalmente
repetido, físico, sexual o emocional. La
violencia doméstica afecta la salud y el bienestar de la mujer. Se
cree que aproximadamente 35% de las mujeres que van a los servicios
de emergencia son víctimas de abuso. Más de un tercio de las
mujeres asesinadas son víctimas de sus parejas hombres. El abuso
puede ser real o puede ser una amenaza. En la mayoría de relaciones
violentas, el abuso mental y la intimidación acompañan a la fuerza
física. El abuso ocurre de varias formas: 1)Agresión
y asalto físico:Arrojar
objetos a la víctima, empujar, golpear, abofetear, patear,
estrangular, apalear o atacar con un arma. 2)
Asalto
sexual:Actividad
sexual forzada, lo cual incluye relación sexual vaginal, oral o
anal.
3) Abuso
psicológico:Forzar
a la víctima a realizar actos degradantes, amenazar con causar daño
a la pareja o a sus hijos, atacar o destruir objetos valiosos y
animales domésticos, o tratar de dominar o controlar la vida de una
mujer. El perpetrador del abuso puede tratar de controlar la vida de
una mujer de muchas maneras. Algunos pueden quitarle dinero, comida,
sueño, ropa o transporte. Otros pueden impedir que una mujer tenga
contacto con su familia y amistades. Controlar sus opciones
reproductivas tratando de evitar el uso de métodos de control de la
natalidad. La
violencia doméstica, o causada por la pareja íntima, es
probablemente uno de los problemas de salud más comunes, pero menos
denunciados. Esto es de especial preocupación para las mujeres dado
que la mayoría de víctimas de abuso son mujeres. La violencia
doméstica no reconoce barreras económicas, de educación, raciales,
religiosas o de edad. El abuso ocurre en todo tipo de parejas que
tienen relaciones íntimas. Es más común en parejas conformadas por
hombre y mujer. Algunas veces una mujer que ha sido víctima de abuso
decide separarse definitivamente de su pareja. Si éste es el caso y
usted está casada con el perpetrador del abuso, obtenga
asesoramiento de un abogado con experiencia en casos de abuso o
denuncie ante el Ministerio Público. Si tiene problemas de dinero,
averigüe acerca de los recursos en su área; muchas comunidades
ofrecen servicios de asistencia legal. Tendrá que tomar decisiones
difíciles si usted está involucrada en una relación abusiva.
Solucionar esta situación requiere valentía, decisión y celeridad.
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