jueves, 10 de junio de 2010

INDIGENCIA O PENURIA.

Al conceptuar que la indigencia y pobreza ha llevado, otra vez de manera errónea a especular que la indigencia es un estrato social, cuando en verdad es un problema social. Erróneamente se cree que la causa de la indigencia es la pobreza. Indudablemente las personas que viven en la calle tienen necesidad y son pobres, pero no por pobres fueron a parar a las calles. Por el contrario, las causas están asociadas a factores que pueden ocurrir a cualquier persona de diferente estrato social tales como: la violencia doméstica, el alcoholismo, la dependencia a las drogas y las enfermedades mentales. El inconveniente de la indigencia es sumamente complejo, porque no resulta sencillo reinsertar en la sociedad a personas que llevan tiempo viviendo en la calle, sin vínculos familiares y probablemente con trastornos mentales o adicciones severas al alcohol y las drogas. Aun cuando el reto de reducción de las personas en situación de calle es enorme, debe ensayarse formas creativas de atención de este problema social. Para ello, hay que tratar de lograr no sólo el gran objetivo de reinserción social o que una parte de estas personas vuelvan a tener un hogar, sino que deban procurarse simultáneamente dos (2) objetivos alternativos que consisten en que estas personas vivan con el máximo de dignidad y, en segundo lugar, prevenir la situación de calle combatiendo el abandono familiar, así como el resto de las causas asociadas a la indigencia. Las calles, bulevares, recodos de escaleras, puentes y hasta los techos de los kioscos de periódicos, siguen siendo atractivos para que las personas indigentes los usen de refugios. A diario, a los menesterosos, se les ve hurgando entre los botes de basura, durmiendo en los bancos o pidiendo limosnas en las esquinas y calles. Son rostros de hombres y mujeres envejecidos por la mala vida que llevan, pero las contexturas de sus cuerpos dicen que se trata de personas jóvenes que por diversas causas (drogadicción, alcoholismo, afecciones de salud o problemas en su entorno familiar se lanzan a la indigencia). El indigente comparte en su día a día con personas que viven en una situación similar, igual que con otros miembros de grupos específicos de la sociedad. Sucede pues que, entre los grupos de indigentes se reportan relaciones interpersonales revestidas de agresividad. Hay que resaltar que los sujetos que viven en la indigencia tienden a agruparse constantemente por el consumo de alcohol y drogas. El consumo de drogas entre los indigentes obtiene una relación significativa con problemas con la justicia. Evidentemente, el individuo que vive en situación de indigencia se encuentra más expuesto a una serie de factores que lo hacen propenso a incursionar de una u otra manera, en conductas desajustadas o delictivas. La vulnerabilidad y la falta de medios (económicos, sociales, psicológicos, entre otros) de estos sujetos los obliga a crear mecanismos de subsistencia que no siempre son acordes con aquellos socialmente aceptados. Recordemos que estos sujetos en su mayoría provienen de una población marginada, sin poder alguno dentro del sistema de derecho y consiguientemente, invisibles desde el punto de vista ciudadano.

 
 

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